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Siempre Vale La Pena...

miércoles, 28 de septiembre de 2011.
Vale la pena... cada espina, cada rosa... cada lágrima que riega lo que florecerá en sonrisa... porque la Vida es maravillosa por ella misma... no importan las penas no importa el desamor... porque pasa... todo pasa y el sol vuelve a brillar...

Hay momentos que sentimos que todo esta mal, que nuestras vidas se hunden en un abismo tan profundo, que no se alcanza a ver ni un pequeño resquicio por el que pase la luz.

En esos momentos debemos tomar todo nuestro amor, nuestro coraje, nuestros sentimientos, nuestra fuerza y luchar por salir adelante.

Muchas veces nos hemos preguntado si vale la pena entusiasmarnos de nuevo, y solo puedo contestar una cosa: Hagamos que nuestra vida valga la pena.

Vale la pena sufrir, porque he aprendido a amar con todo el corazón.

Vale la pena entregar todo, porque cada sonrisa y lagrima son sinceras.

Vale la pena agachar la cabeza y bajar las manos, porque al levantarlas seré mas fuerte de corazón.

Vale la pena una lagrima, porque es el filtro de mis sentimientos, a través de ella me reconozco frágil y me muestro tal cual soy.

Vale la pena cometer errores, porque me da mayor experiencia y objetividad.

Vale la pena volver a levantar la cabeza, porque una sola mirada puede llenar ese espacio vacío.

Vale la pena volver a sonreír, porque eso demuestra que he aprendido algo más.

Vale la pena acordarme de todas las cosas malas que me han pasado, porque ellas forjaron lo que soy el día de hoy.

Vale la pena voltear hacia atrás, porque así se que he dejado huella en los demás.

Vale la pena vivir, porque cada minuto que pasa es una oportunidad de volver a empezar.

Todo esto son solo palabras, letras entrelazadas con el único fin de dar una idea. Lo demás, depende de cada uno de nosotros.

Dejemos que nuestras acciones hablen por nosotros.

Hagamos que nuestra vida valga la pena.

Seamos Felices...

¿Verdad que vale la pena?
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10 Leyes Naturales...

Las leyes naturales, como la gravedad, son patrones fundamentales de la naturaleza y la vida. Describen las cosas como son en realidad, en oposición a como uno piensa que son en realidad, a como uno piensa que son o cómo desearía que fueran.

Obedecerlas puede ayudar a las personas a ganar control sobre su vida, mejorar sus relaciones, elevar su productividad personal y experimentar la paz interior.

Ley 1. Se controla la vida al controlar el tiempo.

Controlar la vida significa controlar el tiempo, y esto último significa controlar los eventos que ocurren en la vida. El verdadero punto es: ¿qué eventos puedo controlar? Enfocarse en el control de los eventos de la vida constituye toda la diferencia.

Ley 2. Los valores que gobiernan la vida son la base del éxito personal y de la satisfacción.

Cada persona vive de acuerdo con un conjunto único de valores rectores. Estos valores son las cosas más importantes para uno. Son representados por las respuestas más claras que es posible dar a tales preguntas: ¿Cuáles son las principales prioridades en mi vida? Y de estas prioridades, ¿cuáles tienen mayor valor?

Ley 3. Cuando las actividades cotidianas reflejan los valores rectores, se experimenta una paz interna.

A medida que alguien concentra su tiempo y energía en alcanzar tareas que tienen verdadero significado en la vida, la persona es cada vez más productiva y alcanza una paz interior: una sensación de paz y unidad.

Ley 4. Para alcanzar cualquier meta significativa, es preciso salir de la zona de comodidad.

A veces se desarrollan zonas de comodidad mentales, emocionales, sociales o psicológicas. Salir de la zona de comodidad requiere esfuerzo y compromiso.

Ley 5. La planeación diaria aprovecha el tiempo mediante un aumento en el enfoque.

El costo es pequeño: sólo diez a quince minutos al día, pero se disfrutarán muchos beneficios a lo largo del día, como tareas definidas con claridad con fechas límite, aumento del enfoque en las tareas más importantes, pasar menos tiempo entre proyectos, y un sentido mayor de logro al final del día.

Ley 6. La conducta es un reflejo de lo que se cree en realidad.

La creencia refleja lo que se cree en realidad, y si la conducta no parece reflejar una creencia afirmada de manera consciente, se deberá mirar con cuidado las creencias en conflicto.

Ley 7. Se satisfacen las necesidades cuando las creencias concuerdan con la realidad.

¿Cómo es posible decir que una creencia, actitud u opinión sea correcta? Si los resultados de la conducta cumplen con una o más necesidades básicas, quizá se tenga una creencia correcta. A la inversa, si los resultados no cumplen con las necesidades, se podrá estar bastante seguro de que la creencia es incorrecta.

Ley 8. Las conductas negativas son superadas al cambiar las creencias incorrectas.

Las creencias incorrectas producirán conductas negativas y de derrota en uno mismo. La conducta negativa muchas veces es resultado de tratar de cumplir las necesidades de la vida con creencias incorrectas o inapropiadas.

Ley 9. La estima de uno mismo debe venir en último término, del interior.

Si se cree que el valor propio depende de la aprobación de los demás, es posible que la persona se encuentre actuando en sentido contrario a sus valores más profundos. Sólo cuando se vive de acuerdo con los propios valores se encontrará la estima de uno mismo y la satisfacción que proviene del interior.

Ley 10. Dar más y se tendrá más.

Cuando alguien tiene un exceso de algo: riqueza, talento, conocimiento, capacidad, experiencia; se tiene la obligación de compartir ese exceso con los demás, de modo que constituya una diferencia. Si todos nos condujéramos de ese modo, la mayoría de los problemas del mundo se podrían resolver.
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No Asesinemos al Amor...

viernes, 16 de septiembre de 2011.
Hace unos días, al abrir las páginas de una revista, vi un anuncio cruel, pero significativo: Un cupido angelical, de bruces, con las alas marchitas y una flecha clavada en la espalda.

Tan fuerte es la imagen, que no recuerdo qué producto anunciaba. Para mí, no era un anuncio, era una incisiva denuncia: ¡Estamos asesinando al Amor!

Cada año que pasa, nos queremos menos. Nos queremos menos a nosotros mismos y cada día algo dejamos de querer a los demás. Necesitamos reconocerlo.

No hay salidas: El aprecio por la dignidad humana cada día parece ser menor y la falta de consideración hacia lo que nos rodea, se nota más y más, a pesar de muchos buenos deseos y muchos buenos propósitos.

La realidad no es pesimista. Los pesimistas somos nosotros que acentuamos de esa realidad que nos vive, sólo los ángulos egoístas, rastreros, comodinos y ambiciosos.

Nos están contagiando los virus mentales más terribles de la humanidad: La depresión, el desinterés, la fatiga, la inseguridad.

¿Verdad que en algunas ocasiones nos sonaron muchas veces forzadas las frases de "Feliz Navidad" y "Feliz Año Nuevo"?, o porque quien las decía no las creyó o porque nosotros no queríamos creerlas. Es que a veces, perdemos la perspectiva de nuestra existencia al escuchar los rumores fatales, los susurros angustiosos, las murmuraciones insidiosas.

Antes, quizá oíamos las mismas quejas, pero las combatía nuestra fortaleza, nuestro optimismo, nuestra seguridad. Nuestra perspectiva no se modificaba por desequilibrios normales de la historia o de la triste condición humana. Pero ahora...

¡Ahora es tiempo de recuperar lo que somos por dentro, ese algo único que se ve desgastado por el cerco de aullidos externos, de crujientes pronósticos y de fatalismos que exhiben sin descanso la radio, la prensa, el cine o la televisión!

Ahora es tiempo de decir: ¡Basta! Pero desde el fondo de nuestro corazón, de ese mismo corazón que tantas veces han traicionado y que no pierde su noble capacidad de creer.

No asesinemos el amor.

¡Ahora lo necesitamos más que nunca!
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Amistad Magica.

Saber que aunque no estemos juntos, aunque no hablemos, aunque no nos veamos, tú sabes que yo pienso en ti y yo sé que tú piensas en mí. Saber que en este gran e inmenso universo hay alguien que se preocupa por ti, por tu vida. Saber que a pesar de la distancia esta a tu lado y que el simple hecho de acordarte de él dibuja una sonrisa en tu rostro, a causa de los bellos momentos que has pasado a su lado. Saber y estar segura de que siempre en los mejores y peores momentos para reír o llorar ese alguien va a estar siempre conmigo. Eso es una amistad mágica y tú me la has mostrado; porque sonrío cuando pienso en ti, porque estoy segura de que siempre vas a estar ahí y tú también puedes estar seguro que yo siempre voy a estar ahí.
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Amor Y Felicidad...

Si quieres felicidad, dale felicidad a otros; si quieres amor, aprende a amar a los demás; si quieres atención y aprecio, aprende a dar atención y aprecio; si quieres abundancia material, ayuda a otros a tener abundancia.

De hecho, la manera más fácil de obtener lo que quieres es ayudando a otros a obtener lo que quieren. Este principio opera para individuo, corporaciones, sociedades y naciones. Si quieres ser bendecido con todas las cosas buenas en la vida, aprende a bendecir silenciosamente a todos con las cosas buenas en la vida.

Hasta pensar en dar, pensar en bendecir, o una simple oración tiene el poder de influir a los demás. El pensamiento tiene el poder de transformación. Cuando aprendes a dar aquello que buscas, activas y montas la coreografía de la danza con movimientos exquisitos, energéticos y vitales que constituyen el eterno palpitar de la vida.

La mejor manera de poner en operación la Ley del Dar y poner todo el proceso en circulación es tomar la decisión de que en cualquier momento que entres en contacto con otra persona le darás algo. No tiene que ser algo material; puede ser una flor, un cumplido o una oración, de hecho, las formas más poderosas de dar no son materiales. Los regalos de cuidados, atención, afecto, aprecio y amor son algunos de los regalos más preciosos que puedes dar, y no cuestan nada.

Cuando conoces a alguien, puedes silenciosamente enviarle una bendición, deseándole felicidad, alegría y dicha. Esta manera de dar silenciosamente es muy poderosa. Podrías decir “¿Cómo puedo darles a otros en este momento cuando no tengo suficiente para mi”? Puedes llevar una flor. Puedes llevar una tarjeta que diga algo sobre los sentimientos que tienes por esa persona a la que estás visitando. Puedes llevarle un cumplido. Puedes llevarle una oración.

Toma la decisión de dar a dondequiera que vayas, a quien sea que visites o veas. Siempre y cuando estés dando, estarás recibiendo. Entre más das, adquirirás más confianza en los efectos milagrosos de esta ley. Al recibir más, tu habilidad de dar más también aumentará.
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